....Bueno, magdalenas hechas, muy buenas.
Una vez echas, me puse con el fondant. Lo saqué de la nevera cuando me puse a hacer la masa de las magdalenas para que fuera atemperando un poco porque estaba muy duro.
Luego, fui dividiendo partes para ir tiñendo la masa de distintos colores. Es complicado, porque además de que se necesita mucha paciencia y mucha calma, al principio la bola está dura y cuesta manejarla. He descubierto dos cosas: mejor usarlo recién hecho y, como me decía María en un comentario del primer post, mejor echar un poco menos del doble de azúcar porque al probarlo sabe demasiado azucarado y queda más duro.
En definitiva, me puse a amasar y mezclar las bolas con colorante. Me parece que eché mucho, me quedó muy intenso y, al ser las nubes rosas también, queda distinto el color. Para la próxima vez tengo que usar un poco menos de colorante.
Bueno, pues a pesar de todo y como no tuve tiempo a más, porque llego mi hija y con ella en casa fue imposible, hice dos magdalenas decoradas con fondant. Para unirlo a la magdalena le puse una mermelada de membrillo que tenía en casa, estiré el fondant, corté un círculo a la medida y lo coloqué. Con cortapastas hice las formas para decorar encima y las pegué con una gotita de agua. A la vista quedaron guapas, lo podéis ver en la foto.
Hay muchas cosas que mejorar, por supuesto, porque acabo de empezar con ésto, pero bueno, no me puedo quejar para ser mis primeras cupcakes, ¿no os parece?
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